Muchos bloggers sienten auténtico miedo al ponerse frente a una cámara.
No son pocas las veces que he planteado a un cliente o a un blogger hacer vídeos y la primera reacción ha sido siempre la misma: ¡ni loco!
Tener miedo es normal, somos humanos.
Pero quedarse paralizado y dejarse vencer por el miedo es sencillamente inaceptable. Tampoco es que te estés jugando la vida. Además, si no lo haces tú, lo harán tus competidores y te terminarán robando las visitas, suscriptores y clientes.
¿Crees que no es para tanto?
Entonces, estás muy equivocado amigo mío.
Incluir vídeos en tus contenidos y en tus landing pages puede marcar un antes y un después en tus resultados. Y es que la conversión de una página de venta puede aumentar hasta en un 80% según varios estudios.
Como no quiero volver a oír que alguien no crea vídeos por vergüenza, hoy te traigo un tutorial para ayudarte a afrontar ese miedo irracional a la cámara y aumentar tus ventas.
3, 2, 1… ¡Acción!
1. Ver el beneficio te hará perder el miedo
Una de las formas de superar un miedo es visualizar el premio que vas a obtener si eres valiente y das el paso. Cuando te imaginas con tu recompensa sacas fuerzas de donde sea y eres más proclive al sacrificio.
Piensa en las dietas, ¿crees que a alguien le gustan?
Claro que no. Una dieta implica poner a prueba tu fuerza de voluntad y eso cuesta un esfuerzo tremendo. Por lo menos al principio.
Pero esa persona, para motivarse y reafirmar su determinación, se imaginará cómo se verá con esos kilos de menos. Visualizará cómo le quedará la ropa, cómo mejorará su salud y cómo podrá jugar más de 5 minutos con sus hijos sin asfixiarse.
¿Te da vergüenza salir en vídeo?
Cuando tengas claro todo lo que pueden aportarte seguro que te lo replanteas.
Beneficios de incorporar vídeos en tu estrategia de contenidos
Mucha gente piensa que el vídeo marketing es solo una moda y que, antes o después, todo este boom pasará.
No solo no estoy de acuerdo con esta afirmación, sino que además pienso que a los vídeos todavía les falta mucho por crecer. En unos años, el formato audiovisual será algo tan común como el propio texto.
¿Por qué?
Por estos 6 motivos:
- Conectas más con tu audiencia: como blogger este debería ser tu principal objetivo. Aparecer en un vídeo hace que tu lectores te conozcan y puedan establecer un vínculo más fuerte contigo. Así, mejorarás tu marca personal.
- Te diferencias de la competencia: hay muchas personas que nunca realizarán el esfuerzo de grabar un vídeo. Tienes ante ti toda una ventaja competitiva.
- Te posicionas como experto: ver a alguien en vídeo es una sensación parecida a cuando ves a un médico con su bata blanca. Esa bata es como si le diesen superpoderes a esa persona y nos hiciese confiar en ella. A una persona que aparece en vídeo le otorgamos credibilidad de forma inmediata.
- Te posicionas en Google: no hay duda de esto, si introduces vídeos en tu blog el buscador te premiará con mejores rankings.
- Dispara el CTR de tu email marketing: la conversión de incluir un vídeo en un email puede subir entre un 200 y 300% (aunque las opciones para hacerlo todavía son limitadas).
- Son geniales para crear infoproductos: Es verdad que no son 100% necesarios, pero si tu infoproducto tiene algún vídeo, siempre será un salto de calidad.
Pero como te dije antes, por encima de todo hay un beneficio que no puedes obviar:
Con un vídeo la tasa de conversión mejora de forma poderosa: una landing page puede aumentar su rendimiento hasta en un 80%.
Fíjate en este ejemplo de Squeeze Page de Isa & Juanmi de Más y Mejor.
Más sencillo imposible: Lead Magnet, vídeo y llamada a la acción. No necesitas más para convertir.
Si estás bloqueado y no terminas de tomar una decisión sobre si crear vídeos o no, visualiza estos 5 beneficios e imagina a dónde pueden llevarte en un futuro. No hay excusas para que te pierdas todo lo que te puede aportar el vídeo marketing.
2. Ten claro a quién te diriges
Siempre estamos hablando de la importancia de definir a tu cliente ideal cuando creas la estrategia para tu blog. Si no sabes a quién te diriges es imposible que comprendas sus necesidades y puedas ayudarle a resolverlas. Tener claro quién es tu cliente ideal es básico para tener un negocio online rentable.
Cuando creas el perfil de tu cliente ideal le otorgas muchísimas características:
- Un nombre.
- Una cara.
- Una familia.
- Un trabajo.
- Unas preocupaciones.
- Etc.
Esto lo haces para que, a la hora de escribir, puedas empatizar mejor con tus lectores. Tu cliente ideal es como ese cliente-amigo al que tomando una cerveza le explicas cómo puede mejorar su negocio.
De la misma manera que antes de escribir piensas en tu cliente ideal, antes de grabar un vídeo también lo debes hacer. Saber a quién te diriges te dará mucha tranquilidad.
Ya no estarás grabando un vídeo, estarás ayudando a tu cliente-amigo a mejorar sus resultados. Y ese desparpajo de estar hablando con alguien «que conoces» se verá reflejado en tu posición corporal y en tu lenguaje. Todo se verá mucho más natural.
Antes de grabar un vídeo recuerda que te diriges a tu cliente ideal Share on X3. Si preparas tus posts, también tus vídeos
Uno de los errores más habituales que comete un blogger al ponerse frente a la cámara es la falta de planificación. Lo que suele ocurrir es que un minuto antes piensa un poco lo que va a decir y le da al botón de «rec».
¿Qué ocurre?
En la primera línea va muy bien porque se la sabe de memoria, en la segunda improvisa y en la tercera ya ha perdido el hilo.
Así es imposible que no te dé miedo grabar. Con este método (si se le puede llamar así) cada sesión se convierte en un suplicio porque tienes que repetir la toma una y otra vez.
Piensa en el proceso que sigues con tus contenidos:
- Buscas ideas para los posts.
- Insertas el contenido en tu calendario editorial.
- Te documentas.
- Realizas esquemas.
- Escribes de determinada manera para que el contenido sea épico.
- Corriges errores.
Si haces todo esto para escribir un post, ¿por qué lo ignoras a la hora de grabar un vídeo?
Veamos cómo se haría.
Si te preparas para un post, ¿por qué no lo haces para grabar un vídeo? Share on XCómo escribir un guion básico
Si no quieres ponerte frente a la cámara y empezar a balbucear, te tienes que preparar igual que para un post. No se pueden hablar 5 minutos de un tirón improvisando. Necesitas un guion.
No hablo de un guion profesional, sino de un documento que te ayude a estructurar lo que vas a decir.
1. Vídeos en 3 tiempos
Antes de ponerte a escribir, tienes que tener claro que todos los vídeos deben seguir esta estructura:
- Introducción.
- Cuerpo.
- Despedida.
Al principio siempre tienes que saludar, explicar quién eres y decir cuál es tu blog. Nunca olvides que cualquiera de los vídeos que hagas podría ser la primera toma de contacto que tenga una persona contigo. Qué menos que saludar y explicar quién eres, ¿no?
Pasa lo mismo con el cierre. Di lo que quieres que haga esa persona cuando llegue el final:
- Compartir el vídeo.
- Dejar un comentario.
- Suscribirse al canal.
- Entrar a tu blog.
- Descargarse el Lead Magnet.
El objetivo lo defines tú, pero introduce siempre una llamada a la acción al final del vídeo. Y por supuesto vuelve a mencionar tu blog e introduce una tarjeta de YouTube con un enlace.
Esto también es interesante que lo hagas alguna vez más a lo largo del vídeo. YouTube puede convertirse en una gran fuente de tráfico si conseguimos redirigir todas esas visitas hacia nuestro blog.
2. Guion abierto o cerrado
A la hora de planificar lo que vas a contar puedes emplear 2 estrategias distintas:
- Guion cerrado: escribes de forma exacta todo lo que vas a decir.
- Guion abierto: creas un esquema y solo esbozas las idea de lo que vas a contar.
La primera te va a dar seguridad pero también implica aprenderte todo de memoria. Al estar recitando puedes dar el efecto de estar «dando la lección». Tienes que hacerlo de una forma en la que no te reste naturalidad.
Con la segunda opción ganas en desparpajo porque vas explicando sobre la marcha cada idea, pero también implica más dificultad. Tienes que tener más experiencia y capacidad de improvisación.
Yo te recomendaría que probases ambas y las combinaras.
Al principio puedes usar un guion cerrado para el cuerpo y un guion abierto para la entradas y los cierres. Así irás cogiendo soltura y más adelante te podrás plantear el crear todo el vídeo con un guion abierto.
3. Simplifica al máximo
En un vídeo es mucho más sencillo que la persona se pueda perder, ya que no tiene una referencia visual. Por eso es importante que simplifiques al máximo tu forma de hablar. Utiliza estos 3 trucos para facilitar la comprensión:
- Utiliza frases cortas y sencillas: evita incluir una frase dentro de otra.
- Enumera y haz resúmenes: las enumeraciones ayudan a la persona a situarse. Si vas a explicar varios puntos cuando acabes vuelve a mencionarlos todos. Así ayudarás a la persona a que vea todo con un sentido más global y favorecerás que recuerde mejor la información.
- Especifica más veces de lo que estás hablando: «el punto número 6 para conseguir visibilidad con tu blog es…». En un post sería repetitivo, pero en un vídeo ayuda a no perderse, sobre todo cuando estás dando abundante información.
Recuerda que la base de un guion es ayudarte a explicar mejor lo que quieres contar. No intentes explicar demasiado, siempre merecerá más la pena que crees 2 vídeos pequeños que uno inmenso.
4. Cómo plantarte delante de la cámara
Y ahora sí, ya ha llegado el momento de colocarte delante de los focos y empezar a grabar.
Desde ya tienes que aceptar que los primeros vídeos serán regulares, pero que irás mejorando a medida que adquieras experiencia. Así es la vida amigo mío, todo mejora con la practica.
No obstante, aunque seas un dummie en el mundo audiovisual, tampoco tienes por qué grabar unos vídeos desastrosos al principio. Sigue este Fast Track de vídeo marketing y ya verás como el resultado es mejor de lo que esperabas.
1. Fuera tensión
Cuando te toque darle al botón de grabar lo más probable es que estés nervioso y tenso. Antes de ponerte frente a la cámara, tienes que intentar sacar fuera toda esa tensión ya que se notará en tu posición corporal.
¿Nunca habéis visto a una persona que parecía que se había tragado un palo de escoba?
Eso es lo que hay que evitar. Prueba con estos consejos:
- Graba los vídeos solo. Al principio hasta te dará vergüenza que te vea tu familia.
- Bebe agua de forma constante, con los nervios se te secará la boca.
- Realiza una tanda de estiramientos para relajar la musculatura.
Y si ves que atascas… déjalo. Repetir una toma tras otra solo te generará ansiedad y una ronquera que te durará varias horas.
2. Realiza pruebas para ver el encuadre
El encuadre es la porción o «rectángulo» que va a captar la cámara. Un buen encuadre hace que la imagen sea más armoniosa y agradable de ver.
Cuestiones a tener en cuenta:
- Plano en el que quieres aparecer: si vas a estar de pie lo mejor es un plano medio (por la cintura) o un plano americano (sobre las rodillas). Si estás sentado con una mesa delante, encuadra de tal manera que se vea la mesa (así se verán tus manos si las apoyas).
- Deja aire: se denomina aire al espacio que hay entre tu cabeza y la parte superior del encuadre. Hay que dejar un poquito de espacio para evitar que tu cabeza se vea cortada o pegada al lado superior.
- El fondo: los fondos blancos (una pared) favorecen que la persona solo se centre en ti, aunque también tienes la opción de grabarte en tu despacho. Esto se ve más personal y suele gustar a la gente porque le ayuda a humanizarte.
Cuando hayas encontrado ese encuadre, memorízalo o incluso marca la posición del trípode en el suelo. Así las próximas veces que vayas a grabar tardarás menos tiempo en encuadrar.
3. ¿Qué hago con las manos?
Lo de las manos es un problema gordo para muchas personas. Si eres nervioso o hablas moviendo mucho las manos es habitual no saber que hacer con ellas o dónde dejarlas. Además, tu propio movimiento te puede poner más nervioso todavía.
Tienes distintas opciones:
- Mesa: si te grabas junto a una mesa, tienes la opción de poder apoyar los codos o incluso los brazos. Si eres de los que te mueves mucho, esta es tu mejor opción porque podrás dejarlas quietas de forma sencilla.
- Sentado en un taburete: dejar las manos apoyadas sobre las piernas es una posición natural al estar sentado, por lo que no se verá raro. Si no quieres resultar muy monótono ensaya en qué momentos moverte.
- De pie: esta es la situación más difícil de controlar. Una solución es que pongas los brazos en angulo recto y pegados al cuerpo. Así solo moverás los antebrazos y las manos. Pero si estás muy inseguro es preferible que empieces con alguna de las otras 2 opciones.
Sea cual sea la opción que escojas, a la hora de grabar el vídeo ten previstas estas 2 cuestiones:
- Postura SOS: el vídeo te está saliendo bien pero estás moviendo los brazos como un ventilador y no sabes cómo parar. Es normal que en un momento dado te descontroles pero también hay que saber tranquilizarse y retomar. Te será muy útil tener una postura ensayada a la que puedas recurrir para dejar de moverte y recobrar la calma.
- Decide cuando debes mover las manos: ver que la persona se mueve hace que el vídeo sea más entretenido y dinámico. También te puede ayudar a marcar distintos tiempos. Por ejemplo, si estás realizando una enumeración puedes ir marcando los números con las manos.
Otra cuestión importante con la debes tener cuidado es que tus manos no choquen contra tu cuerpo, ya que el micrófono recogerá el sonido y molestará en la grabación.
4. La mirada
Una de las cuestiones que más cuesta al principio es acostumbrarte a mirar a la cámara todo el rato. Sin embargo, esto es importante ya que mirar a la cámara es como mirar a las ojos a la persona que te está viendo.
Si te ven mirar para otro lado pueden pensar que estás distraído y que no te estás tomando muy en serio el vídeo.
Aquí van algunos consejos para evitarlo:
- Pon a una persona detrás de la cámara: su cabeza debe estar a la altura de la cámara para que no se te vea mirando para arriba o para abajo.
- Pon un monigote: no serías ni el primero ni el último que pega detrás de la cámara un dibujo de una cara. ¿Qué tal si dibujas a cliente ideal? Seguro que así no te despistas ni le quitas ojo.
- Sustituye el monigote por un telepromter casero: un telepromter es una pantalla donde va apareciendo tu guión poco a poco para que lo puedas ir leyendo. Aunque hay herramientas gratuitas son más complicadas de aplicar cuando tienes que hablar frente a la cámara. Puedes crear un telepromter casero que te ayude a ir leyendo mientras miras a cámara.
- Graba ideas cortas: la mirada se suele desviar cuando ya llevas un tiempo grabando. Planifica el vídeo en secuencias cortas que luego unas en la edición con transiciones.
Piensa que las personas que no miran a los ojos resultan poco creíbles. Aunque ahora estás hablando a una cámara, cuando la persona vea el vídeo tendrá una sensación parecida a entablar una conversación contigo.
5. Resetea tu cerebro y acepta tu voz e imagen
Después de haber pasado el mal trago (aunque no es para tanto) de darle al botón de grabar, queda todavía otro peor: darle al botón de «play» y ver cómo ha salido.
En este punto es donde suelen darse los dramas y la gente se echa para atrás. Déjate de monsergas y de complejos más propios de un egoblogger. No estamos en un concurso de belleza, el objetivo de los vídeos es crear un canal de comunicación más efectivo con tu audiencia.
Además, es normal que te veas y te escuches raro. A todos nos ha pasado y tardamos en acostumbrarnos. Yo te recomiendo que desde ya resetees tu cerebro y aceptes tu voz y tu imagen.
Cuando hablas, tu voz la escuchas desde dentro. A tu cerebro no le llega el sonido desde el exterior, te «escucha» desde dentro de ti. Por esa misma razón, cuando veas tus primeros vídeos y te escuches, percibirás algo rarillo en tu tono.
Resetea tu cerebro y acepta YA tu voz y tu imagen Share on XNo te preocupes porque es un efecto 100% natural y nos ocurre a todos. A medida que vayas grabando más vídeos y te escuches más veces, esa sensación irá desapareciendo.
Y aunque no te lo creas, pasa algo parecido con tu imagen porque todos tenemos la costumbre de vernos en un espejo. En cambio, cuando te grabas te vas a ver desde otro perfil. De nuevo, sentirás que no reconoces del todo a esa persona que ves.
Pero como con tu voz, esto se arregla de una forma muy fácil: reseteando tu cerebro.
6. Graba vídeos en los que no salgas tú (o casi)
¿Todavía no te ves preparado para ponerte frente a la cámara?
Ya he explicado muchas veces que nunca se está del todo preparado para realizar determinadas acciones. En algunas ocasiones, solo hay que dar el primer paso y avanzar.
Pero como no quiero que renuncies al potencial que tienen los vídeos, te voy a ofrecer 2 soluciones alternativas:
- Crea vídeos por medio de diapositivas: son sencillos de realizar y no sales en pantalla, solo estarás hablando por encima de una presentación.
- Vídeotutoriales donde se te ve en pequeño: seguro que habréis visto alguno de estos. En la pantalla ves el programa o lo que te quiera explicar la persona y su cara se ve en un recuadro pequeño a la derecha. Versión reducida de ti = versión reducida de vergüenza.
Esto no sustituye que, tarde o temprano, tengas que salir en los vídeos. Pero al menos es una manera de empezar y coger confianza.
7. Deja a un lado el síndrome del impostor
El síndrome del impostor es muy puñetero.
Cuando creaste tu blog seguro que te generó mucha vergüenza tu primer post y que por tu cabeza pasaron muchas ideas parecidas a estas:
- ¿Le gustará a la gente?
- ¿Estará bien escrito?
- ¿Me dirá alguien que es muy malo?
Pero al final superaste el miedo y publicaste esa primera entrada y luego una segunda y una tercera.
Si ahora buscas y lees ese primer post seguro que te quedarás horrorizado de cómo era. Hay personas que hasta borran esas primeras entradas. Yo nunca lo he hecho porque me ayuda a ver el camino que he recorrido hasta llegar aquí.
Tienes que aceptar que siempre hay una primera vez, así que te invito a que veas mis primeros vídeos para que te des cuenta de qué estoy diciendo.
En este post te he dado todas las claves que necesitas para poder pegar una patada al miedo y empezar a grabarte.
¿Al principio serán perfectos? No.
Pero da igual. Tú ya estarás un paso por delante de todas aquellas personas que todavía viven atenazadas por la vergüenza.
Sal HOY de tu zona de confort, escribe tu primer guion y plántate frente a la cámara.
Dentro de un mes te estarás riendo por no haber dado el paso antes.