Todo sufrimos falta de atención crónica. Y la tecnología, en lugar de ayudar, empeora este aspecto.
¿A qué se debe esta dificultad para concentrarse?
En parte, a la propia naturaleza del ser humano, que tiene una capacidad media de atención muy corta antes de llegar a dispersarse.
Somos así.
Y si a esto le sumamos la multitud de impactos y distracciones a las que estamos sometidos diariamente (por encima de los mil) al vivir en una sociedad hiperconectada, ¿cómo no vamos a experimentar problemas de concentración?
Sin embargo, la tecnología no es la única responsable. Y apagar el móvil o el ordenador no es la única solución.
¿Quieres saber qué hacer para cambiar esta tendencia?
Entonces, sigue leyendo, porque en este post vas a descubrir las claves para concentrarse mejor y no sufrir las consecuencias de la falta de atención como son:
- Rendimiento escolar o profesional limitado
- Incapacidad para completar tareas cotidianas
- No enterarse bien de detalles importantes
- Problemas de comunicación en las relaciones
- Problemas de salud derivadas de la falta de rutinas consistentes
¿Qué es la falta de concentración?
Para entender qué es la falta de concentración, primero es necesario conocer la definición de concentración.
El diccionario de la Real Academia la define así: “Centrar intensamente la atención en algo”.
Por lo tanto, la falta de concentración es la incapacidad de focalizar la atención de forma efectiva en una determinada actividad, persona o estímulo.
Por lo tanto, cuando experimentamos falta de concentración nos cuesta bloquear los elementos que nos distraen, dejamos de ser persistentes, tenemos dificultad para mantener el foco y nos volvemos desorganizados.
En consecuencia, realizar y terminar la tarea que tenemos entre manos nos resulta más complicado, nos lleva más tiempo y tendemos a cometer más errores.
Incluso recordamos menos y peor.
En el caso de los niños, es muy habitual comprobar falta de concentración cuando tienen que hacer algo que no les gusta.
Y en los adultos no es muy diferente…
Porque, efectivamente, el interés, el compromiso y la habilidad para hacer algo ayuda o entorpece nuestra capacidad para prestar verdadera atención a lo que hacemos.
Sin embargo, existen otros factores de gran relevancia que explican la pérdida de concentración.
Veamos cuáles.
Las posibles causas de la falta de concentración
Si alguna vez has pensado “no me concentro en nada”, seguramente habrás experimentado alguno de estos síntomas:
- Olvidos cotidianos
- Incapacidad para realizar una tarea durante un tiempo prolongado
- Reducción de la comprensión lectora
- Aumento de los despistes
- Necesidad de dedicar más tiempo del habitual para acabar tareas
- Menor capacidad para resolver problemas
Si te has identificado, tranquilo: a todos nos pasa. ¡Y más a menudo de lo que nos gustaría!
Lo importante es ser consciente de ello para poder ponerle solución.
Pero antes de contarte cómo combatir la falta de concentración, conviene hacer una diferenciación importante y preguntarnos: ¿la falta de concentración está o no asociada problemas médicos?
Problemas de concentración relacionados con enfermedades
Tanto en niños como en adultos existen diferentes patologías que explican la dificultad para concentrarse.
De todas ellas, las que más destacan son las demencias, como el Alzheimer, que provoca un deterioro progresivo de la memoria (sobre todo a corto plazo), pero no es la única.
Por ejemplo, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), que lleva asociado un mayor nivel de agitación, nerviosismo e impulsividad, reduce la capacidad para concentrarse.
Lo mismo ocurre con la Esclerosis Múltiple (enfermedad degenerativa que se manifiesta, entre otros, a través de la pérdida de memoria y la falta de concentración), la depresión y la ansiedad.
Del mismo modo, la ingesta de ciertos fármacos, el consumo excesivo de alcohol y la adicción a las drogas también pueden causar falta de concentración.
Entonces, ¿qué hacer en estos casos?
Lo primero de todo, acudir al médico.
Si sospechas que tienes problemas de concentración y pérdidas de memoria que pueden deberse a una enfermedad, no lo dudes y actúa con cabeza: deja de leer información en Internet, cierra el ordenador y pide cita con un especialista.
Ahora bien, ¿y si la dificultad para concentrarte no tiene su origen en un problema médico?
Vamos a verlo.
¿Qué hacer para concentrarse cuando no sufres ninguna patología médica?
Si tienes falta de concentración, pero no hay un problema de salud de por medio, tengo una buena noticia: se puede solucionar de forma sencilla.
En este caso, la causa radica en tus hábitos de vida, así que modificándolos e introduciendo en tu vida rutinas más saludables, conseguirás aumentar tu concentración, tu atención y tu rendimiento.
Te cuento cuáles son.
¿Cómo mejorar la falta de concentración en adultos?
Ahora que ya sabemos a qué se debe la falta de atención y concentración, veamos qué hacer para concentrarse.
1. Medita
La meditación es una de las mejores formas de mejorar el foco, ya que es un entrenamiento mental de la atención.
Así como levantar pesas te ayuda a desarrollar tus músculos, la meditación entrena tu cerebro y desarrolla la capacidad de concentrarte durante mayores periodos de tiempo.
Un estudio realizado por la Universidad de California en Santa Bárbara, demostró que los estudiantes que recibían clase de mindfulness y meditaban durante 10 o 20 minutos cuatro veces a la semana, lograron mejores puntuaciones en tests de memoria y ejercicios que requerían atención, respecto a los estudiantes que llevaron una alimentación saludable con el objetivo de aumentar sus capacidades mentales.
Además de entrenar la atención, la meditación te ayuda a tomar el control de tus pensamientos y redirigirlos.
Así que tal y como demuestra la evidencia científica, la meditación te ayuda a ser más positivo, te permite tener una mayor capacidad para ser disciplinado y, por supuesto, mejorar la concentración.
2. Practica deporte
El ejercicio no solo mejora la forma física, sino también la concentración, la atención y la memoria.
Así lo demuestran los estudios, que han puesto de manifiesto que realizar ejercicio moderado durante 20 minutos, ayuda a combatir la falta de concentración y a conseguir mejores resultados, sobre todo si estos están relacionados con la actividad intelectual y la comprensión lectora.
Y fíjate, que no hace falta llegar a la extenuación: caminar a paso ligero 5 días a la semana es suficiente.
¡Así que ya no tienes excusa para moverte! 😉
3. Bebe agua
O infusiones. O zumos naturales, si prefieres. Lo que quieras, pero mantén tu cuerpo hidratado.
La deshidratación es tan mala para tu cuerpo como para el cerebro.
Tanto es así que (tal y como demostró una investigación de la Universidad de Barcelona) un nivel de deshidratación leve (tan solo un 2%), puede impactar de forma negativa en la concentración y reducir drásticamente el tiempo que eres capaz de mantener el foco y la atención en una actividad.
Incluso te impide pensar con claridad.
¿Crees que este consejo es exagerado porque tú no sueles estar deshidratado?
Bueno… Eso es discutible.
La caída del 2% es suficiente para producir falta de concentración, pero no lo es para que sientas sed.
Conclusión: acostúmbrate a beber agua cada hora, sin esperar a sentir la necesidad de hacerlo.
4. Haz preguntas
Las reuniones favorecen el despiste y la pérdida de atención. Sobre todo si son largas.
Quizá por eso tanta gente las considera una de las mayores pérdidas de tiempo en la jornada laboral.
¿Qué hacer para concentrarse si eres de los que tiene que asistir a reuniones de forma frecuente?
Oblígate a plantear preguntas. Por lo menos, una.
Piénsala con antelación, de manera que además de mejorar tu concentración, estarás enriqueciendo la conversación.
5. Escucha música
Y a poder ser, elige música clásica, ya que está demostrado que escuchar piezas musicales activa las áreas cerebrales involucradas en la atención, la concentración, la capacidad de hacer predicciones y la memoria.
Esto ya lo sabían los compositores del Clasicismo y el Romanticismo.
Sin entrar en cuestiones técnicas, sí te puedo decir que las composiciones musicales de estos periodos estaban diseñadas para captar la atención del público porque su estructura desencadenaba unos procesos mentales en el oyente que le permitían intuir el desarrollo de la obra.
Es decir: provocaba que el oyente se concentrara en la pieza que estaba escuchando.
Impresionante, ¿verdad?
Pues ya sabes: ¡a escuchar música!
6. Bebe café o té
“¿No habíamos quedado en que bebiera agua?”
Hidrátate, sí, pero incluye también estas bebidas en el desayuno para ayudarte a mantener el foco durante el día.
Y si por la tarde notas una caída de la energía, cierta somnolencia y falta de concentración, un té hará milagros.
La cafeína tiene múltiples beneficios: te mantiene alerta, mejora la atención, aumenta la eficacia en el trabajo e incrementa el rendimiento.
Y no solo eso.
Según el fisiólogo francés Astrid Nehlig, existe una conexión entre la cafeína y la cognición. Mientras que la cafeína no contribuye a mejorar la memoria o la capacidad de aprendizaje, sí incrementa la capacidad de abstracción, reduce las distracciones y prolonga la capacidad de mantenernos concentrados en una tarea determinada durante más tiempo.
7. Toma notas a mano
Escribir en el ordenador o en una tablet está bien; es ágil, rápido y cómodo.
Sin embargo, escribir a mano tiene beneficios que no proporciona la escritura digital: es más sencillo identificar conceptos relevantes, se reduce la distracción, se procesa la información de forma más profunda y analítica y permite desarrollar un pensamiento más complejo.
8. Haz pequeños descansos
¿Cuántas veces has tenido que abordar una tarea grande y has pensado “no consigo concentrarme”?
La próxima vez, además de trocear esa tarea en varias más pequeñas, descansa cada poco tiempo.
Para esto existe una técnica llamada Pomodoro, que consiste en parar 5 minutos cada 25 minutos o bien 10 minutos cada 50 minutos de trabajo.
En ese pequeño espacio de tiempo, levántate de la silla y estira las piernas. Así lograrás oxigenar el cuerpo y la mente, acabar con la falta de concentración y disparar tu productividad.
9. Mastica chicle
Quizá te sorprenda, pero varios estudios han demostrado que existe una relación directa entre masticar chicle y el incremento de la atención. Es más: esta práctica incluso ayuda a reducir el estrés.
¿Cómo mejorar la atención y concentración en los niños?
Hasta ahora, hemos hablados de los problemas de concentración centrados en adultos, pero si hablamos de falta de concentración, no podemos dejar de lado a los niños.
No quiero pensar la de veces que he oído (o dicho) eso de “¿no puedes estarte quieto y terminar los deberes de una vez?”.
Si la capacidad de lo adultos para perder la concentración es alta, la de los niños es asombrosa.
Partiendo de la base de que los niños son curiosos por naturaleza y tienen una gran cantidad de energía, si tienes hijos, imagino que te interesa saber si puedes hacer algo para ayudarles a concentrarse.
Sip.
Aquí tienes 13 técnicas:
- Sustituye las pantallas por los juegos que requieren pensar, planificar y usar la memoria.
- Prepara el ambiente de estudio y elimina todas las posibles distracciones.
- Procura que su alimentación sea lo más saludable posible y aumenta el consumo de verduras (aunque no le gusten).
- Define rutinas y horarios que tengan que seguir de forma sistemática.
- Permite que duerma una siesta de 20 minutos después del colegio.
- Divide las tareas grandes en varias más pequeñas para alimentar su motivación a medida que terminan esos pequeños pasos.
- Averigua el mejor método de aprendizaje para tu hijo dependiendo de si es visual, auditivo o kinestésico.
- Anúnciale la próxima tarea antes de terminar la que está haciendo (pero permítele hacer un pequeño descanso entre una y otra).
- Establece un límite de tiempo para terminar cada tarea.
- Premia su esfuerzo, sus logros y sus pequeñas victorias.
- Reserva un tiempo de ocio en el que pueda relajarse, distraerse y divertirse.
- Ayúdale a hacer un buen uso de su energía.
- Enséñale a hacer respiraciones profundas, a visualizar y, por qué no, a meditar.
Una buena capacidad de concentración resulta muy útil para crear negocios para emprender en casa.
¿Cómo concentrarse mejor en el trabajo y mejorar la productividad?
La falta de concentración y la necesidad de encontrar la forma de concentrarse en el trabajo es algo que a todos nos interesa.
Al respecto, como primer mandamiento, duerme y descansa bien.
Sin eso, da igual lo que pruebes: no funcionará.
El cansancio influye en tus niveles de energía, así que es esencial que los repongas de forma óptima cada día. O cada noche, mejor dicho. 😉
¿Te has parado a pensar tu actitud ante los problemas, las dificultades o las tareas de envergadura en el trabajo?
Lo pregunto porque una visión pesimista influye en tu capacidad para concentrarte.
El ser humano tiene una habilidad natural para sortear los problemas en lugar de afrontarlos. Y la diferencia entre una cosa y otra es determinante para mantener un nivel óptimo de concentración.
¿Por qué?
Porque cuando afrontas un problema de forma negativa, todo te parece más difícil de lo que realmente es. Esto hace que visualices en tu mente una montaña empinada y escarpada muy poco apetecible.
¿Resultado?
Procrastinas.
Cada vez demoras más abordar esa tarea en concreto.
Y cuanto más lo demoras, más tedioso te resulta y más evitas realizarla.
Y así entras en un bucle sin fin.
¿Solución?
Cambia tu actitud y tu visión por una más positiva.
¿Cómo?
Ay, amigo… ¡¡Medita!! 😉
¿Y si el problema es que tienes demasiados proyectos entre manos?
Prioriza, selecciona por importancia, no empieces uno hasta que termines el anterior y aprende a renunciar a alguno si es necesario.
Decir que no es todo un arte, pero te garantizo que ,cuando lo practicas, mejoras drásticamente tu concentración, tu productividad, consigues mejores resultados y reduces ruido innecesario en tu cabeza.
Y no veas lo bien que sienta.
Por supuesto, evita a toda cosa la multitarea.
¡Ojo! Esto no es solo aplicable a cuando tratas de abarcar demasiados proyectos. Si quieres mantener el foco, mejorar tu concentración y disparar tu rendimiento conviértete en un enemigo de la multitarea.
Y evita el estrés.
El estrés, a pequeñas dosis, puede ser incluso beneficioso para mejorar tu productividad. Sin embargo, en niveles altos, actúa de forma contraria, tal y como demuestra la Ley de Yerkes-Dodson.
Por último, ¿te has planteado que tu falta de concentración en el trabajo se debe a que no te gusta lo que haces?
Piénsalo.
Es posible, ¿verdad?
¿Sí?
No te sientas mal. Ni raro. Es muchísimo más común y habitual de lo que puedes llegar a imaginar.
En este caso, la falta de atención es un mensaje que deberías escuchar.
Puede que sea un síntoma de algo que llevas rumiando en tu subconsciente desde hace tiempo.
Un cambio.
Un cambio hacia una vida en la que tú eres dueño de tus decisiones, de tu tiempo y que vives según tus propias reglas.
Una vida diseñada a tu medida en la que trabajas en algo que te encanta.
¿Será esa falta de concentración un signo de que estás llamado a convertirte en knowmada digital?
¿Sí?
El camino que tienes por delante tiene un nombre: emprender.
Y en esta aventura, la concentración, la atención y la productividad son claves esenciales e innegociables.
¿Por qué la concentración es clave si quieres emprender?
Por varios motivos, que podemos resumir en estos puntos:
- Es imprescindible para mantener el foco: mayor foco, mejor rendimiento y mejores resultados. Así de sencillo.
- Reduces el tiempo necesario para lanzar tu negocio online: y cuanto antes lances tu negocio digital, más rápido consigues resultados y antes puedes disfrutar de tu estilo de vida ideal.
- Te permite seguir un método probado: todos los emprendedores de éxito se preocupan por optimizar sus niveles de concentración porque saben que es el modo de conseguir sus objetivos.
Ahora, si quieres un último consejo para terminar con la falta de concentración porque estás decidido a emprender y no quieres perder ni un minuto, aquí lo tienes: huye de la infoxicación.
En Internet hay toneladas de información sobre cualquier cosa. Leer y consumir contenidos de forma indiscriminada, solo hará que aumente tu confusión.
En lugar de eso, selecciona.
Decide cuáles son tus fuentes de confianza, apaga el resto de fuentes de información y sigue solo las enseñanzas de esa persona que te inspira confianza y sientes que puede ayudarte.
Y recuerda: si no actúas de este modo, vivirás en la eterna sensación de la falta de tiempo.
Pero, sinceramente, en este caso, solo puedo decirte una cosa: no es que no tengas tiempo, es que lo malgastas de forma inconsciente.
El tiempo es el único bien que no se recupera. Una vez perdido, lo pierdes para siempre.
Así que a partir de hoy, te animo a que pongas en práctica estos consejos para que la dificultad para concentrarte deje de ser un problema y aproveches al máximo cada minuto del día.
Y ahora, si buscas lanzar tu negocio online en los próximos 90 días, apúntate ahora a este training gratuito, en el que vas a descubrir paso a paso cómo conseguirlo.