Cómo escribir un libro paso a paso y convertirte en escritor

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¿Te gusta escribir un libro y poder publicarlo?

Quizá tengas ya una historia en la cabeza y llevas años soñando en escribirla, pero nunca llega el momento oportuno.

Sucede a menudo y las razones suelen ser variadas: no saber por dónde empezar, ni cómo darle una estructura; falta de una idea clara…

Por no hablar de los miedos ante el folio en blanco o cómo será percibida tu intención de dedicarte a la escritura.

Si es tu caso, sigue leyendo porque quizá hoy resuelvas todos estos escollos y por fin te lances.

Afortunadamente, la digitalización han facilitado mucho este trabajo y hoy publicar es más sencillo que nunca.

Te cuento cómo escribir tu primer libro.

Quiero escribir un libro

Enhorabuena. Felicidades por haber tenido este impulso y estar lo suficientemente motivado para animarte a cumplir ese sueño más o menos oculto, más o menos declarado, y lanzarte a escribir un libro.

Pero, antes de empezar a teclear, tienes que pensar bien en la idea. No se trata de escribir por escribir. Y libros se publican muchos, a diario.
En el extremo opuesto, puede que tengas miles de ideas. Pero tienes que elegir una.

El punto ideal es escribir sobre un género que domines, porque así sabrás dónde puedes aportar y podrás ser crítico contigo mismo.

Ideas para escribir sobre ellas se te podrían ocurrir miles, son infinitas. Pero hay que dedicarles tiempo para trabajar en ellas.

Las ideas hay que cogerlas al vuelo para poder trabajarlas. Y trabajarlas supone pensar mucho en ellas, darles vueltas para ver cómo se pueden tratar, tirar de diferentes hilos para ver si de ahí pueden nacer una o varias historias…

Para tener la idea clave, la que desata la tormenta perfecta y hace que todo surja, hay algunos aspectos que necesitas resolver y que vamos a ver a continuación.

Ganas de escribir

Esta es la primera de todas y la más necesaria. Porque si tienes ganas, lo demás se disparará en cadena.

La motivación para escribir hará que tu cerebro se active y permanezca alerta ante cualquier impulso e interacción.

Ese estado de alerta constante facilitará que se generen ideas.

Descanso

Estar descansado y dormir lo suficiente ayuda en este intenso proceso. Una mente agotada no será eficaz, porque ni las ideas vendrán de forma tan fácil, ni a efectos de tiempo le sacarás rendimiento, porque tardarás más tiempo en darle forma a cada idea.

Así que ya sabes, busca la forma de descansar y haber dormido bien antes de ponerte delante del teclado.

Haz que tu mente esté activa

Las ideas surgen donde y cuando menos lo esperas. Y, para ello, es necesario que la mente esté atenta, inquieta.

Como te he dicho, alerta ante los estímulos.

Una situación en la calle, una conversación pillada al vuelo, un artículo en un periódico, un tweet… las fuentes para la generación de ideas para escribir están en cualquier sitio y en todo momento puede saltar la idea.

Así que despliega tus antenas receptoras y presta atención.

Dispuesto a recoger las ideas constantemente

Tienes que desarrollar tu propio método para poder recoger rápida e inmediatamente las ideas que te surjan. A veces será una sola palabra o una sensación las que se convertirán en el germen de una idea para escribir.

Y no puedes perderlas por confiar todo a tu capacidad para recordarla. Así que tienes que buscar tu propio método para guardar las ideas.

Si eres de los de escribir a mano, llevar siempre una libreta contigo te será de gran ayuda.

Si te apasiona la tecnología y eres de los que tienen gadgets y aplicaciones para todo, aprovecha este recurso.

“La escritura no es producto de la magia, sino de la perseverancia.” Richard North Patterson

Consejos para escribir un libro

Una vez generada la idea llega el momento de redactar, de desarrollar cada pequeño hilo y darle forma y estructura a lo que escribas.

Si pensabas que escribir es, como a veces vemos en las películas, un sencillo proceso en el que te sientas delante del teclado y en una noche acompañada de litros y litros de café y varios paquetes de cigarrillos amaneces con tu libro terminado… ya te lo puedes ir quitando de la cabeza.

En cambio, el proceso de escribir un libro es un trabajo en sí mismo y lo tienes que afrontar como tal.

Te voy a dar una serie de consejos para que afrontes cómo escribir un libro de la forma más efectiva.

Lee mucho antes de empezar a escribir

Leer mucho antes de escribir te va a ayudar en diferentes aspectos.

Por una parte, realizarás una gran labor de documentación y de investigación. Conocer lo que ya se ha escrito sobre el tema es la mejor forma de saber dónde puedes aportar y cómo puedes mejorarlo.

Pero, además, comprobarás cómo escriben otros autores, percibirás su estilo y sus formas de escribir. Y te ayudará a definir el tuyo propio.

Y hay otro factor muy importante que provoca la lectura: leyendo estimularás el cerebro, se activará la capacidad de asociación de ideas. Y también el cerebro tiende a la imitación y a la coincidencia.

Así que, como ves, leer te provocará ganas de escribir y activará tu cerebro en esa clave.

¿No te ha sucedido nunca que cuando te pasas mucho tiempo enfrascado en una actividad concreta todo alrededor parece que se convierte en una fuente de estímulos sobre esa misma actividad?

Pues eso es lo que pasa con la lectura. Aprovéchalo.

Busca material de lectura; será por libros… Si tu temática es el emprendimiento, por ejemplo, hay decenas de buenos libros para emprendedores por los que puedes empezar.

“Si no tiene tiempo para leer, no tendrá el tiempo ni las herramientas necesarias para escribir.” Stephen King

Escribe a diario

Te he dicho antes que escribir se convierte en un trabajo en sí mismo. Y es así.

El escritor se hace escribiendo y leyendo. Y no hay más.

Cuanto antes te grabes esta idea y dejes de creer en esos otros mitos que hablan de musas y de la inspiración, de bloqueos del escritor etc., antes conseguirás cumplir tus objetivos.

Los bloqueos no existen. Simplemente son trampas a nosotros mismos, jugarretas de nuestro cerebro porque no tenemos ganas de ponernos a ello, porque nuestro cerebro está cansado, porque algo nos aburre, porque tenemos la mente ocupada en otras cosas… En definitiva, excusas.

El gran Stephen King desvela en su libro Mientras escribo que tenemos que dejar de ver la escritura como un arte. Es un arte para los lectores, pero para los propios escritores es un oficio.

Como el fontanero que se dedica a las cañerías, el panadero que hace pan a diario o el carpintero que trabaja la madera. Es un trabajo. Y como tal hay que enfocarlo.

Así que el mejor consejo que te puedo dar en este aspecto es precisamente ese, que escribas.

Escribir más y escribir cada día.

Tienes que buscar tu propia fórmula para conseguir que escribir a diario se convierta en un hábito.

A algunas personas les funciona ponerse un tiempo para escribir a diario, siempre a la misma hora.

Otras lo hacen de forma que se sientan a escribir y no lo dejan hasta que consiguen completar un número determinado de palabras o extensión de texto.

Sea cual sea el método que elijas, escribe.

Te voy a ofrecer un bonus track. Se trata de Writing Calculator, una aplicación que he descubierto y que te puede ayudar a cumplir tus objetivos de escritura. Te plantea la tarea de escribir como si fuera un reto.

Se trata de una calculadora que te ofrece una estimación de las palabras que debes escribir cada día para finalizar un proyecto. Tú le dices el número de palabras que vas a escribir y la fecha de comienzo y final y te dice cuánto deberás escribir al día para cumplir ese objetivo.

La aplicación además te permite hacer un seguimiento del proyecto. Con ella podrás hacer un seguimiento detallado, sabiendo cuántas palabras por minuto debes escribir y viendo tus progresos reflejados.

Ideal para los amantes del NaNoWriMo.

«Escribir es como un músculo, hay que ejercitarlo cada día para poder brillar». Isabel Allende.

Aíslate del ruido exterior

Para escribir más y mejor tienes que trabajar la concentración. Obvio, pero hoy día a menudo parece tarea imposible, ¿verdad?

Concentrarse exige aislarse de todo estímulo exterior. Y eso, hoy día a menudo resulta complicado.

Así que empieza por ti mismo.

Aparta el teléfono, apágalo o, como mínimo, desactiva las notificaciones y ponlo en silencio. Evita estar mirando la pantalla del móvil cada poco tiempo.

Ponerse a escribir y estar atendiendo correos electrónicos, mensajes de WhatsApp y cosas por el estilo no funcionará; te lo aseguro.

Y lo mismo respecto a las notificaciones del navegador y otras aplicaciones de escritorio.

Respecto al espacio elegido, busca un lugar apartado donde puedas aislarte y concentrarte, sobre todo si escribes en casa. No conseguirás hacerlo si escribes en mitad del salón con la televisión a todo volumen o los niños jugueteando alrededor. Lo sé de buena tinta.

Si el espacio es un problema porque no tienes un lugar específico para poder aislarte y tienes que compartirlo con compañeros de trabajo o familia, quizá encuentres la solución eligiendo los momentos durante el día en el que puedes hacer tuyos esos espacios. Normalmente suelen ser a primera o a última hora del día.

Ten en cuenta tu propio ritmo vital. Quizá eres de los que te concentras mejor al arrancar el día, con la mente despejada; cuando todavía no has hecho frente a las cuestiones diarias ni ocupan tu mente otros temas.

O a lo mejor te cuesta activar tu cerebro a primera hora y en cambio eres de los que estás más activo al anochecer . Esto depende de cada persona.

Personalmente, para mi es un verdadero placer escribir al amanecer, cuando reina el silencio y toda la familia todavía duerme. Esas horas estoy en paz, relajado y dispuesto a enfrentarme a la hoja en blanco.

En lo relativo a la tecnología, también te pueden ayudar editores de texto minimalistas como Raven o Writer, que se puede usar desde el navegador Chrome.

Aplicaciones minimalistas, con un diseño libre de distracciones y que ocultan los menús y las opciones para permitirte concentrarte en el texto fácilmente.

Y, en casos extremos, desactiva el WiFi de tu ordenador o quita el cable de internet. Un rato sin conexión puede ser lo que necesitas cada día para conseguir crear el hábito de escribir a diario sin distracciones.

“Para escribir novelas, una mujer debe tener dinero y un cuarto propio.” Virginia Woolf

Apunta todo lo que se te venga a la cabeza

Ya te lo he mencionado más arriba: escribe lo que se te venga a la cabeza, por dato o idea nimia que sea. Una sola palabra puede ser el desencadenante de una gran idea, pero la tienes que atrapar.

Y para poder recoger esas ideas necesitarás tener a mano siempre dónde escribirlas. Lo dicho, si eres de los que prefieres el papel y lápiz, puedes llevar a mano una libreta.

Si tu opción es el formato digital, existen numerosas aplicaciones con las que podrás guardar, revisar, editar, organizar y desarrollar esas ideas.

En este aspecto, la digitalización hoy día te ofrece algunas ventajas: ahorro de tiempo y sincronización; multiplataforma, para que puedas ir saltando de un dispositivo a otro; autoguardado para que no se te pierda nada; recursos para organizar las ideas.

Aplicaciones como Evernote, Trello o Google Keep te serán de gran ayuda.

“Cuando lo hayas encontrado, anótalo”. Charles Dickens

No te compares con otros escritores

Compararte con otros escritores solo te acarreará, la mayoría de las veces, desilusiones y frustración. Porque tendemos a compararnos con los que están en un nivel superior. Y nos machacamos, nos auto saboteamos.

Y si entras en un ciclo de este tipo, te abrumarán los pensamientos negativos.

Es, definitivamente, lo peor que puedes hacer. Porque si caes en esto te desanimarás y perderás la motivación y energía que necesitas.

Así que destierra de tu mente las comparaciones.

En cambio, puedes retarte a ti mismo. Es una buena forma de mantenerte alerta, competir contra ti mismo y obligarte a mejorar cada día.

Retos como escribir un número determinado de palabras en menor tiempo o no parar sin sacar adelante un capítulo completo, por ejemplo.

“Simplemente, no sobrestimar lo que he escrito; de otro modo se me volvería inalcanzable lo que aún espero escribir”. Franz Kafka

Cómo escribir un libro en 7 pasos

Si ha llegado el momento de ponerte a escribir un libro, hay una serie de pasos que tienes que dar.

1. Define la temática

Lo primero que deberás hacer será definir la temática sobre la que versará tu obra.

Parte de la idea que tengas y dale unas cuantas vueltas. Investiga lo que ya está publicado sobre esa misma temática y analiza si lo puedes mejorar o qué puedes aportar tú.

Hazte preguntas sobre ese tema. Si tienes la respuesta a la mayoría de ellos, ya estás preparado para empezar a escribir.

Eso no quita para que no tengas que hacer una labor de documentación e investigación sobre el tema. Dependiendo de cuál sea te exigirá más o menos tiempo y esfuerzo. Pero, en todo caso, tenlo en cuenta para establecer los tiempos de creación de tu obra.

Aprende a definir la temática de tu libro.

2. Crea una estructura

La idea necesita un orden y organización. necesitas crear la estructura de tu libro. Para ello, divide la gran idea, el tema, en pequeñas piezas. Realiza un esquema con las partes en las que puede ir desglosándose la idea.

Enfrentarte a un denso texto de cientos de páginas te puede abrumar. Pero si lo divides en pequeñas partes, te los podrás ir planteando como retos. Uno a uno, avanzarás para ir creando tu libro.

Haciéndolo de esta manera podrás además definir tareas por partes e ir cerrando progresivamente etapas.

Un esquema te ayudará a tener más claro qué hacer en todo momento y retomar la escritura te será más fácil, porque siempre sabrás cuál es el siguiente paso.

Incluso para cuando llegue el momento de proponer tu libro a editoriales, contar con esta estructura te ayudará a mostrar mejor cuál es la idea.

3. Escribe con un horario

Plantéate la escritura como un trabajo en sí mismo. Que lo es.

Ponte tareas para desarrollar cada día y una agenda de trabajo. Lo más recomendable para conseguir cumplir el objetivo es que reserves cada día un bloque de tiempo para escribir. Y que seas constante. A poder ser, escribir todos los días a la misma hora y durante el mismo tiempo.

Somos animales de costumbres y, como tales, creamos hábitos.

Como ya te he dicho antes aislarte para escribir te ayudará a ser más efectivo y concentrarte mejor. Fuera distracciones e interrupciones.

4. Lee y edita tu libro

Cuando estés escribiendo es preferible no perder demasiado tiempo en la edición o buscando las palabras exactas que encajen en cada una de las oraciones.

Perderás tiempo y foco.

Al comienzo céntrate en escribir, en desarrollar las ideas y la trama.

Una vez finalizada esta fase, pasarás a la siguiente. Ahora sí que será el momento de leer cuantas veces sea necesario lo que has escrito y de editar: quitar de aquí y poner allá, eliminar párrafos, redactar de nuevo algunos…

Esta tarea debe ser concienzuda y lleva tiempo. Tenlo en cuenta.

5. Haz el índice

Has leído bien: el índice se crea al final. La razón es que, de esta forma, tendrás ya clara cuál es la estructura de tu obra, porque ya contarás con todo el contenido.

Empezar por el índice es como comenzar a construir la casa por el tejado. A la larga perderás más tiempo porque comenzarás con un proceso encorsetado que tendrás que ajustar continuamente.

Aquí puedes aprender a organizar ideas en un índice.

6. Publícalo en una editorial o por tu cuenta

Libro terminado. Satisfacción y el buen sabor de boca de haber cumplido el objetivo marcado.

Pero el proceso no termina aquí. ha llegado el momento de publicar.

¿Cómo hacerlo? Actualmente el mercado ofrece diferentes alternativas.

Para empezar, tendrás que tener en cuenta el coste económico que supone publicar un libro.

Y una vez asumido este coste, deberás elegir la mejor opción para publicar tu libro. El desarrollo tecnológico y la digitalización han supuesto un gran cambio en este aspecto y existen numerosas editoriales con las que podrás publicar tu libro.

Revisa la propuesta de cada una de ellas y decídete.

Otra opción es publicar tu libro en Amazon.

Si te decides por la autopublicación, tendrás que maquetar el libro, montar una página de venta y definir el precio del libro.

7. Promociona tu libro

Y llegamos al último capítulo. Con tu libro ya publicado, es el momento de promocionarlo. Tú deberás ser el primero en difundir tu trabajo e intentar darlo a conocer. Aquello de “yo he venido aquí a hablar de mi libro”… te suena, ¿verdad?

Pues es lo que debes hacer.

A ser posible con más calma y menos prepotencia… XD

Aprovecha tus recursos digitales, blog, redes sociales, plataformas… y da a conocer tu libro.

Y en el entorno físico tradicional también puedes promocionarlo, empezando por amigos y familiares y hasta diferentes foros profesionales.

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